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El Rito Escocés Antiguo y Aceptado se halla y hallará siempre a la cabeza del progreso. Su fin es hacer de los hombres un mismo pueblo de hermanos, elevándoles por la ciencia y la virtud hasta ser dignos del depósito divino que se les ha conferido.

Los Rituales que se han adoptado para la práctica de nuestro Rito en la gran mayoría del territorio mexicano no son los mismos reconocidos y practicados por los Supremos Consejos de otras partes del mundo. En ellos se introdujeron amplias alegorías políticas, figurándose, así como un curso de derecho público y de las ciencias afines. Nuestros Rituales acuñados por el genio de ilustres hombres, entendidos con la profundidad que debiera caracterizar los estudios de una orden iniciática, comprenden el cabal conocimiento de la Naturaleza del Hombre.

Tan elevada y vasta fue la concepción de los autores de nuestro sistema que un acto y aspiración de indiscutible justicia sería conservarles y fecundarles conforme los entendidos de nuestra contemporaneidad, y oponerse a quienes, faltos de fundamento, han pretendido sesgar y modificar estas enseñanzas, sirviendo a sus propias ambiciones.

La Respetable Logia “Ollincipactli” se pronuncia de acuerdo con los reformadores que formularon y legaron los procedimientos que conservamos, y reconocemos que, si el Rito Escocés Antiguo y Aceptado ha de realizar algún beneficio y corresponder al ostentoso aparato de sus grados, títulos y prerrogativas, tiene necesariamente que elevar sus estudios hasta los arduos problemas sociales que hoy embargan la atención de todos los filántropos; a fin de poder dar su luz, tranquilamente adquirida en el terreno fecundo de la ciencia pura y lejos de la ardiente arena de las luchas de secta y partido, a los mismos contendientes, que en alas de un férvido fanatismo tienden a extraviarse en cada paso, por no evitar el influjo de las pasiones encendidas o de los despreciables intereses personales que pudieran ver amenazados.