R∴ E∴ A∴ A∴
Consta este Rito de 33 grados, que se dividen en cuatro grandes categorías
I. Educación Primaria
II. Educación Secundaria
III. Educación Superior
IV. Educación Normal
Educación Primaria
Estudio del hombre físico, moral e intelectual, y del Universo en general. (Comprende los primeros cinco grados que en la antigüedad se estudiaban en las Logias Escocesas, y hoy por hoy sólo los primeros tres se estudian en las Respetables Logias Simbólicas del Rito).
Educación Secundaria
Estudio de los deberes y derechos del hombre. (Comprende trece grados; desde el 6° hasta el 18°. En la antigüedad se estudiaban en el S. Capítulo R✟C y, a nuestros días, del 4° al 14° se estudian en las así llamadas ‘Logias de Perfección’, en tanto los grados 15° al 18° se mantienen en los Capítulos antes mencionados).
Educación Superior
Del modo de hacer efectivos los derechos del hombre. (Comprende doce grados; desde el 19° hasta el 30°).
Educación Normal
Organización del Rito. (Comprende los tres últimos grados).
Los Rituales que se han adoptado para la práctica de nuestro Rito en la gran mayoría del territorio mexicano no son los mismos reconocidos y practicados por los Supremos Consejos de otras partes del mundo. En ellos se introdujeron amplias alegorías políticas, figurándose, así como un curso de derecho público y de las ciencias afines. Nuestros Rituales acuñados por el genio de ilustres hombres, entendidos con la profundidad que debiera caracterizar los estudios de una orden iniciática, comprenden el cabal conocimiento de la Naturaleza del Hombre.
La Respetable Logia “Ollincipactli” se pronuncia de acuerdo con los reformadores que formularon y legaron los procedimientos que conservamos, y reconocemos que, si el Rito Escocés Antiguo y Aceptado ha de realizar algún beneficio y corresponder al ostentoso aparato de sus grados, títulos y prerrogativas, tiene necesariamente que elevar sus estudios hasta los arduos problemas sociales que hoy embargan la atención de todos los filántropos; a fin de poder dar su luz, tranquilamente adquirida en el terreno fecundo de la ciencia pura y lejos de la ardiente arena de las luchas de secta y partido, a los mismos contendientes, que en alas de un férvido fanatismo tienden a extraviarse en cada paso, por no evitar el influjo de las pasiones encendidas o de los despreciables intereses personales que pudieran ver amenazados.